La abuelidad es un concepto acuñado por la Dra. en Medicina, Médica Psiquiatra y Psicoanalista argentina Paulina Redler en 1977. El término busca denominar la relación y función del abuelo con respecto al nieto, y los efectos psicológicos del vínculo en los niños.
La abuelidad no está reconocida como término por la Real Academia de la Lengua Española, sin embargo a los fines de definir el término en español, la Dra. Redler, introductora del mismo, consultó en 1981, con la Academia Argentina de Letras, sobre la posibilidad de utilizar “abuelidad” o “abuelitud”, considerándose más adecuada la primera. Así que usar abuelidad es correcto aunque no figure en la RAE.
La significación psicológica de la abuelidad, es una fase del desarrollo del individuo, caracterizado por el efecto que en su organización psíquica afecta el “Tener un nieto. Ser y amarse a través de los nietos”.
Para los abuelos, según la psiquiatra Redler, el nieto es una expresión de inmortalidad, a la vez que una evidencia no dolorosa de la muerte inevitable. La abuelidad permite resignificar la relación padre-hijo, a partir de la menor ansiedad y mayor distancia que existe en el vínculo. Otto Friedemann Kernberg, psiquiatra y psicoanalista estadounidense, afirma que nietos y abuelos se entienden porque tienen un enemigo común. Pero al mismo tiempo, la abuelidad lleva a una identificación profunda con el hijo.
Para la Pediatra y terapeuta de familia, Carmen Escallón Góngora, “la abuelidad es la segunda oportunidad que la naturaleza proporciona a los seres humanos para reparar en los nietos los errores que tuvieron durante la crianza de sus hijos. Ser un abuelo es una de las alegrías especiales de envejecer.”
“Cuando el nieto nace, también nace el abuelo y en ese momento se inicia el vínculo psicoafectivo abuelo-nieto. Vínculo mágico y sagrado que debe ser estimulado y respetado. El niño que viene trae las pieles de los antepasados, trae la piel de los abuelos. El abuelo ve al nieto como la constatación de su eternidad.” Una muestra más del adultocentrismo, consciente o inconsciente.
Todos recordaremos con mucho amor y ternura la figura de nuestros abuelos, tal vez más uno que otro, pero siempre están en nuestra memoria de una forma muy especial. Mis hijos han disfrutado y disfrutan incluso de bisabuelos, es decir, yo aun tengo a mi abuela y es tremendamente especial poder observar a mis hijos en sus brazos. Yo misma tomo conciencia de que varias generaciones se están abrazando y besando. Ella vive en mi, y vive en mis hijos. Es un privilegio poder observar semejante despliegue de amor y ser parte de él…
Recuerdo a uno de los abuelos de mis hijos que, a pesar de sus múltiples enfermedades, graves, era ver a mis pequeños y subirles a sus rodillas para hacerles el caballito, cantarles canciones tradicionales de su tierra (La Rioja y sus jotas), historias, Valores… Daba igual que tras el juego con los nietos le faltara el aire. Su mirada se trasformaba al mirarlos, volvía a ser un niño, esa sería exactamente la definición más cercana que puedo usar. Lo mejor era siempre para sus nietos, todos sin distinciones. Vigilante de que nadie les hiciera daño, incluso sus padres, el nieto pasa a ser más que el propio hijo… De no fallarles, sobre todo cuando yo había sido dura según su sabiduría, así los pequeños nunca se sienten incomprendidos o solos cuando el adulto falla, cuando tú te equivocas, está el abuelo para socorrerte, ofrecerte otra mkirada, aunque tú no seas cosciente.
Los abuelos cumplen “la función de la transmisión del conocimiento generacional, del pasado, los orígenes”, son y han sido básicos para la transmisión de la riqueza del pueblo llano, de la familia.
Los abuelos al mantener una relación con los nietos menos tensa que la de los padres, recuerden el dicho “el abuelo consiente, el padre educa“, éstos están en mejores condiciones de “escuchar, comprender y sostener a sus nietos en ocasiones que sus padres no pueden hacerlo…” Ellos tiene un papel esencial en el proceso de “transmisión intergeneracional”, proceso ligado estrechamente al de la construcción de la identidad de cada individuo dentro de la comunidad social donde le toca vivir.
La figura de los abuelos, por parte materna y paterna se hace imprescindible para el equilibrio emocional del niño, para que su autoestima dentro de la comunidad social en la que vive sea fuerte. Los abuelos son la raíz de cada uno, sin raíces los árboles se tuercen o mueren. Cuando los niños llegan a la pubertad, suelen afianzarse más en la figura del abuelo y separarse de la de los padres, en ese periodo es normal que nos vean a nosotros como al enemigo… Muy sencillo, en la pubertad el que deja de ser niño debe aprender a cortar su cordón umbilical directo, y desenvolverse en el medio social, el abuelo es la historia, la raiz y la experiencia demostrada, sin la rigidez de los padres, sin la censura… El abuelo o abuela es la fortaleza.
“La voz de los abuelos es eterna. Las historias que ellos cuentan sobre la vida de sus hijos, hacen que el niño tenga un sentido de continuidad de la familia, aceptando que ellos también son humanos y que se pueden identificar con sus padres.” Afirma la doctora Escallón.
Los abuelos también están siendo separados de los niños por culpa de tantos hogares rotos. Debiera ser obligatorio el permitir permisos de abuelidad (en Alemania existen) máxime sabiendo lo necesario que es el tratar con ellos para el correcto desarrollo del niño. Los padres se divorcian, pero las familias no deben romperse, a un niño no se le debe quitar ninguna figura familiar, por ambas partes, siempre que ésta sea sana para él o ella.
Cabe destacar entre los elementos beneficiosos que los abuelos tienen para los nietos, el de ser un guía y consejero, el trasmitir conocimientos y valores o el dar un sentido de patrimonio familiar y estabilidad. Los abuelos proporcionan una ayuda crucial a todos los niveles, el más importante es el emocional. Saben escuchar a sus nietos y estos les escuchan a ellos en cuestiones relevantes, nunca tienen la prisa de sus padres, no está la rigidez materna/paterna. Su principal tarea no es dictar normas como nos enseñan a los padres y madres, sino custodiar la tradición y las leyendas en la familia. El abuelo y abuela son es indispensables.
No se debe permitir el robo de los abuelos y abuelas, igual que la custodia compartida debería ser la norma (examinando casos), siempre que ambos padres fueran una buena influencia, el trato con los abuelos por parte de ambos progenitores debería no perderse en caso de separación de los padres.
No olvidemos a nuestros abuelos, no perdamos la memoria de ser, la memoria de familia y de pueblo y no les usemos, tienen derecho a disfrutar, no a seguir con la obligación.
Mayka
23 octubre, 2016 at 8:37 am
Me ha gustado mucho este post, aunque es difícil en ocasiones una relación sana con los abuelos. Por mi parte , mucho antes de nacer mi hija , ya tenía problemas con mis padres, muchos problemas, apego inseguro, gritos, y dejadez por parte de mis padres, más un sin fin de problemas más. Por parte de mis suegros todo bien hasta que nació mi hija y cuestionan la forma de crianza, el apego , todo. Nos sentimos solos. Mi pequeña tiene 2 años y está con mamá siempre, mi suegra insiste en que yo la deje en su casa y yo haga mis quehaceres , y yo insisto en que venga a mi casa y si les apetece a las dos salgan a pasear. Es muy complicado y yo quiero que mi hija disfrute de una relación sana con sus abuelos.
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23 octubre, 2016 at 12:30 pm
Quizá sentarse y hablar dea bueno ¿lo has intentado? con el apoyo del papá claro.
Mis hijos no tienen relación con los abuelos, no sería saludable una abuela que entienden que solo con azotes se educa, así que he decidido cortar el trato.
Mis hijos no serán víctimas de determinados tratos.
Si, es muy difícil.
Un abrazo de madre a madre
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23 octubre, 2016 at 1:39 pm
Lo intentó marido y sólo le llovieron críticas a las que tuvo que hacer frente. Ahora mismo mi suegra sí viene a casa una vez a la semana y está un rato con mi hija. Ellos también han sido de más vale una torta a tiempo…… Por lo que se ven cuestionados por todo sin ser realmente así. También, en el caso de mi suegra, y esto sé que es algo común, al nacer mi hija parecía que quisiera ocupar el puesto de mamá, ahora por suerte sabe cual es su posición. El caso es que es muy complicado. Otro abrazo de madre a madre, tu blog ayuda mucho Mayka, gracias.
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24 octubre, 2016 at 9:03 am
Te estás enfrentando a todo un engranaje bien construído a través de los siglos y cultura a cultura para que nuestros hijos continúen con cada ciclo en vez de construir uno nuevo. La transmisión se aseguraba así, del mismo modo que muchas injusticias. Si te das cuenta se conserva lo negativo pero los Valores positivos se están perdiendo y es lo que facilitaba nuestra cohesión social humana. Es complicado, pero estamos forjando una revolución amorosa y respetuosa sin ser conscientes, nuestros hijos no perpetuarán la agresividad y las respuestas violentas innecesarias.
Un abrazo
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23 octubre, 2016 at 4:11 pm
Sí , hablar se intentó, aunque lo hizo sólo mi marido y le llovieron críticas hacia el modo de criar, como dudando, él se enfadó, entre otras cosas porque es como si el padre quedara como un cero a la izquierda. Ahora , mi suegra pasa más tiempo con mi hija, al menos viene una vez a la semana un rato y está con ella. Si ella viene yo no tengo problema, pero dejarla en su casa y yo irme no me gusta, ella es miedosa y se lo transmite a la pequeña, tienen un hijo adolescente por lo que a menudo tienen gritos y no me gusta que mi hija viva eso, sé lo que es y no quiero. Ellos se sienten cuestionados porque la forma de criar ha sido distinta en todo, blw, colecho, apego, respetamos a la pequeña en todo…… Y etc. Así que es complicado, quiero que pasen tiempo juntos pero por ahora ,que tiene dos años , si estamos alguno de los dos cerca mejor, cuando ella sepa hablar mejor y le entiendan podrá quedarse con los abuelos si lo pide. Gracias por tu blog para mí es un apoyo enorme y para mi marido también que le leo lo que escribes, nos hace sentir menos solos. Un abrazo de mamá a mamá.
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